ANTONI LÓPEZ - 21/01/2004. La Vanguardia
RIPOLL.- Hace un siglo, los gobiernos español y francés acordaron hacer confluir sus líneas ferroviarias en la Cerdanya para atravesar los Pirineos y establecer un enlace entre Barcelona y París. España se comprometió a prolongar el tramo Barcelona-Ripoll hasta Puigcerdà y la Tor de Querol salvando la enorme dificultad orográfica del collado de Toses, en tanto Francia asumió prolongar el trazado que moría en Aix-les-Tèrmes. El proyecto, que supuso trazar 80 kilómetros de complicada línea mediante grandes esfuerzos, se hizo realidad al cabo de 25 años.
Hace un siglo, pues, se concedió un alto valor estratégico a la línea de Puigcerdà y actualmente, cuando tanto predicamento adquieren los conceptos de transporte ferroviario y de permeabilidad de los Pirineos, presenta, paradójicamente, un futuro en que no se plantea más allá que su supervivencia. ¿Tenían los gobernantes del pasado una visión de las comunicaciones más moderna que los actuales?
La cuestión preocupa a los miembros del grupo de trabajo que ha comenzado a diseñar la conmemoración del centenario del pacto hispano-francés –se cumple el próximo mes de julio– y el 75.º aniversario, en agosto, de la puesta en servicio del tren que fue bautizado popularmente como Transpirinenc. Tal y como están las cosas, la celebración de las efemérides tendrá un marcado carácter reivindicativo, según el conseller comarcal de Ripollès, Ferran Miquel, uno de los cuatro integrantes de la comisión organizadora. “Estamos hablando de la única línea ferroviaria que atraviesa los Pirineos por la zona central –existen otros dos pasos, en Hendaya y Portbou– y por ahora lo único que tiene más o menos garantizado es su mantenimiento”, critica Miquel, que observa con suspicacia el interés existente en promover un enlace a través de Canfranc, en el Pirineo oscense. “Canfranc –recuerda– no ha estado nunca conectado y Catalunya no puede dejarse perder lo que tiene, un trazado internacional que podría ser especialmente válido para el transporte de mercancías entre dos importantes centro industriales, Barcelona y Tolouse.”
Los organizadores del centenario solicitarán, en principio, la implicación en los actos de las instituciones territoriales: ayuntamientos de trazado español y francés, consejos comarcales y consejos generales del Ariège y del Midi-Pyrenées. Más tarde exigirán el compromiso de la Generalitat y de los gobiernos español y francés en dos sentidos: potenciar la dimensión internacional de la línea e incluirla en el Libro Blanco del Transporte de la Comisión Europea, del que fue incomprensiblemente excluida.
Tras numerosas campañas institucionales y de colectivos de usuarios, y después de una sucesión de incidencias, descarrilamientos y cortes en la línea, el ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, presentó en julio en Puigcerdà un proyecto de mantenimiento del trazado, que entre Ripoll y Puigcerdà prácticamente no ha experimentado ninguna mejora desde que entró en servicio hará 75 años.
